En pleno siglo XIX, los embajadores del Imperio de Francia exportaron su estilo de vida a los cuatro rincones del mundo. Esta es la era de Albert Bodard, explorador y embajador de Francia, con residencias en México, Irán, Etiopía, Afganistán, Indonesia y China. A pesar de una vida rica en aventuras, intrigas políticas, viajes y epicureísmo, Albert Bodard siempre consideró a La Rochelle como "su hogar".
La Maison des Ambassadeurs, con su entrada bajo las arcadas del centro histórico, se encuentra en la finca donde se instaló Albert Bodard, entre el palacio de Luis XIII y el antiguo mercado cubierto.
La Rochelle, catalogada como patrimonio de la humanidad por la UNESCO, es una de las ciudades costeras más bellas de Francia, donde las actividades marítimas y terrestres son innumerables.
Los paseos en bicicleta por el Atlántico, criaderos de ostras, catas de vino, así como el acceso privilegiado a Île de Ré y Île d'Oléron, atraerán a los visitantes en verano e invierno.